domingo, 7 de octubre de 2007

Dicen que los micros de dos pisos tienen problemas de seguridad

La estabilidad de los ómnibus de dos pisos cayó bajo la lupa de los investigadores tecnológicos. Una seguidilla de accidentes, con un saldo de víctimas fatales y heridos con serias amputaciones, alarmó a la Secretaría de Transporte y a expertos en accidentología. Sólo de Retiro, parten a diario 60 mil pasajeros a bordo de 1.200 coches gigantes. La Universidad Tecnológica (UTN) inició una investigación, partiendo del presupuesto que los ómnibus de doble piso son "inestables", y que el peligro de vuelco aumenta cuando sus bodegas están vacías y sólo llevan pasajeros en el piso superior. El estudio, pedido por la Secretaría de Transporte de la Nación, también considera otros factores, como el mal estado de las rutas, la falta de peralte en curvas de alta velocidad y la incidencia del clima, por caso, los fuertes vientos.La investigación se inició luego del accidente ocurrido el 12 de abril pasado en Paraná, cuando Milagros Girard, de 12 años, sufrió la amputación de ambos brazos (ver La nena...) Por su parte, la CNRT (Comisión Nacional de Regulación del Transporte) sostuvo en un informe oficial que "si bien las unidades de mayor altura presentan menor estabilidad, no existe mérito suficiente que permita excluir a este tipo de rodados" del servicio de transporte de pasajeros. Idéntica fue la opinión de Cámara Empresaria de Larga Distancia (CELADI). "El centro de gravedad en un modelo de doble piso es similar que en un modelo de piso elevado", dijo su gerente Daniel Orciani. "Nuestros modelos cumplen normas de inflamabilidad superiores a las europeas", agregó.Pero el ingeniero e investigador Gustavo Brambati, del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (una empresa de investigación que integran 10 compañías de seguro del país) señaló a Clarín que, ante un impacto, estos vehículos "al encontrarse el centro de gravedad elevado, ya sea por la amplia zona para guardar valijas o por el doble piso, la posibilidad de volcar es mayor".Brambati recordó que para contrarrestar el rolido o balanceo de los ómnibus, se usan materiales livianos que "difícilmente soporten vuelcos o colisiones frontales". Cuestionó además el "escape" previsto por las ventanillas herméticas, que deben ser rotas con pequeños martillos. "Eso no sirve ante un accidente y las personas sufren fracturas al caer de dos metros de altura", señaló.En Santa Fe, el gobierno evalúa la posibilidad de prohibirlos. El director de Transporte, Marcelo Sheil, informó que la medida podría adoptarse para tramos como el de Santa Fe—Rosario. Estudios realizados por técnicos de la UTN santafesina y de la Universidad del Litoral indicaron que "ante un viento de menos de 100 kilómetros, perpendicular a la unidad, sería suficiente para producir su vuelco".Los ómnibus de más de 4 metros, con un largo de 14 metros y un ancho de 2,60 metros presentan una enorme barrera. El experto en accidentología de la UTN, Eduardo Donnet, dijo a Clarín que "si la bodega y el piso inferior están vacíos, y todos los pasajeros están en la zona superior, se eleva el centro de gravedad y aumenta la inestabilidad del vehículo".Donnet explicó que "hay una condición del vehículo que lo torna inestable, pero —sin convertirme en defensor del doble piso— también hay que considerar la ruta que está en muchos casos deteriorada o envejecida, como es el caso de las que no tienen peralte suficiente". El peralte es el ángulo del piso de una curva que compensa la fuerza centrífuga del vehículo y lo endereza.Para la UTN también es necesario analizar la ubicación del volante y del asiento del chofer. "En su cabina —dijo Donnet— tiene poca visión de lo que pasa con el vehículo. A lo mejor el balanceo es fuerte y él no lo siente".

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