domingo, 7 de octubre de 2007

soluciones para los accidentes viales


Si bien es cierto que los accidentes viales no son un mal exclusivamente argentino, también
es verdad que aquí resultan más numerosos que en la mayor parte del mundo, de acuerdo con
el tamaño de su población. Esa llamativa propagación, tan dañina en materia de vidas
perdidas, secuelas graves e importantes consecuencias materiales, ha movilizado positivas
iniciativas tendientes a neutralizarla y revertirla, que deberían complementarse con mayores
esfuerzos en educación vial.
El Senado de la Nación tiene para su consideración un proyecto de ley tendiente a la
modernización del transporte terrestre, denominada Promitt, que prevé una red federal de
autopistas inteligentes, que unirán capitales provinciales, países limítrofes, puertos de
ultramar y grandes centros turísticos, y que incluirán, además de la doble calzada, cruces a
distinto nivel y circunvalaciones urbanas; un equipamiento electrónico que permita optimizar
la seguridad vial; radarización integral con cámaras de video que permitan fiscalizar el flujo
de vehículos en tiempo real desde centros de control de tránsito, y detectores automáticos de
niebla y de hielo.
Siguiendo el ejemplo de países pioneros, como Alemania y los Estados Unidos, la iniciativa
contempla que las autopistas sean de libre circulación y estén exentas de peaje directo, lo
cual no obstaría para que se ejecuten íntegramente con inversión privada de riesgo, sin avales
ni subsidios del Estado. El recupero de la inversión se haría por medio de una tasa de unos
pocos centavos por litro de combustible, que se empezaría a pagar sólo cuando la red esté
construida. Para eliminar el riesgo del desvío de fondos, flagelo crónico para la
infraestructura vial en las últimas décadas, la tasa sería recaudada por las empresas
petroleras, que en cinco días deberían depositarla en la cuenta del concesionario, sin pasar
por ningún circuito estatal.
La propuesta propicia también que la recaudación del IVA de la red federal de autopistas se
destine íntegramente a inversiones ferroviarias, de forma tal que se complementen ambas
redes.
Paralelamente, la Asociación Argentina de Carreteras -entidad con más de 55 años de
actividad en ese ámbito- ha aportado algunas iniciativas apropiadas como base para la
formulación de políticas de largo plazo destinadas a que el tránsito vehicular se torne más
seguro.
Esta asociación ha recomendado que la seguridad en el tránsito sea definida "como una
política de Estado clara y sustentable"; que en esa materia sea designada "una unidad
ejecutora con autoridad nacional", y que sean asignados los recursos pertinentes "para que
esa unidad ejecutora pueda confeccionar y poner en práctica un plan permanente de
seguridad vial".
Para lo inmediato, la Asociación Argentina de Carreteras reclamó controles coordinados y
permanentes, en todo el país, de velocidad, alcoholemia, uso del cinturón de seguridad en los
automóviles y empleo de cascos en las motocicletas; controles intensivos para los conductores
profesionales de vehículos de carga y de transporte de pasajeros, y sus unidades;
profundización de las mejoras de la infraestructura vial, ampliando la capacidad de las rutas y
optimizando la señalización de las calles y las rutas, y encarar un enérgico plan de difusión y
capacitación en normas y reglamentaciones de tránsito.
Nada nuevo, por cierto. Sin embargo, se ha hincado el dedo en una llaga supurante: poco o,
mejor dicho, nada de eso ha sido puesto en práctica.
Se propuso, además, que los peajes y otros sitios de detención obligatoria de vehículos sean
aprovechados como plataforma para los controles; que sean unificados los requisitos y
criterios para la concesión en todo el país de las licencias de conductor; que todos los
distritos argentinos se adhieran al Registro Nacional de Antecedentes de Tránsito (Renat) y se
comprometan a consultarlo antes de emitir cada licencia; que sea desarrollado un sistema de
control automático de los excesos de velocidad en las rutas de alto tránsito y en las vías de
acceso a nuestras grandes ciudades, y que se torne obligatoria la verificación técnica de todos
los vehículos en circulación.
Sustentando el legítimo principio de que el cumplimiento de la ley no es optativo para nadie,
la asociación plantea, con toda razón, una propuesta privada que tiende a reemplazar la
nociva inacción del Estado en este sentido.
Los excesos en esta delicada materia no son, valga reiterarlo, mal exclusivo de la Argentina.
Esto ha sido puesto en evidencia hasta por la intervención de la Iglesia pidiendo moderación y
prudencia a los conductores. Pero sería un magro y pernicioso consuelo que los argentinos hiciésemos hincapié en esa peculiaridad para emplearla como excusa, en lugar de mejorar nuestro sistema de carreteras y de prestarles atención a razonables recomendaciones y a la imperiosa necesidad de darles todo nuestro respaldo.

Causas de los accidentes del Tránsito
.Los accidentes del tránsito encuentran sus causas en una diversidad de variables. Los expertos afirman que el 96% de éstos se producen por fallas humanas del conductor o del peatón.
La Dirección Central de Carabineros ha establecido la siguiente tabla de causales de accidentes:
Conducción :22.24 %
Peatón :11.00 %
Señalización prioridad de paso :10.77 %
Velocidad :10.21 %
Intemperancia :6.75 %
Derecho preferencia paso :4.47 %
Adelantamiento:3.40 %
Fallas mecánicas:3.29 %
Virajes:2.09 %
Señalización vial:1.82 %

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